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LA BALANZA COMERCIAL ENERGÉTICA ARGENTINA: SUPERÁVIT COMERCIAL, DÓLARES FRESCOS Y PERSPECTIVAS ESTRUCTURALES.

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Por Lisandro Mogliati – Consultor en Comercio Exterior y Negocios Internacionales

Un cambio estructural en la matriz externa del país

La balanza comercial energética argentina (que refleja la diferencia entre exportaciones e importaciones de combustibles y energía) ha transitado en los últimos años un cambio profundo.
El país dejó atrás más de una década de déficit estructural y consolidó un superávit histórico, con un impacto directo en la balanza de pagos y la disponibilidad de divisas, tema no menor para una Argentina famélica de dólares.
De este modo, la energía se convirtió en uno de los sectores más dinámicos de la economía exportadora nacional.

De importador crónico a exportador neto

Hasta hace algunos años atrás, Argentina sufría un déficit energético, producto del aumento de la demanda interna y el estancamiento de la producción doméstica.

Sin embargo, desde un tiempo a esta parte, cuando las inversiones realizadas en el sector energético fueron dando sus frutos, la tendencia cambió drásticamente.

El superávit energético de 2024 alcanzó USD 5.668 millones, el mayor en casi dos décadas.

Para el primer semestre de 2025, se ubica entre los más altos de los últimos 35 años.

El motor principal de este salto: el aumento de exportaciones de hidrocarburos desde “Vaca Muerta” y otras cuencas productivas, junto con una sustitución significativa de importaciones de gas.

Los factores que explican el superávit

1. Aumento de la producción interna: gracias a la explotación no convencional, la producción de petróleo superó los 440.000 barriles diarios en 2025.

2. Menor dependencia externa: la expansión del gasoducto “Néstor Kirchner” redujo la necesidad de importar GNL.

3. Mejores precios internacionales: el aumento del valor del crudo y los derivados generó términos de intercambio favorables.

4. Apertura de nuevos mercados: las exportaciones energéticas crecieron 22% interanual en 2024.

El impacto económico y estratégico del sector energético nacional

El superávit energético no solo mejora la posición externa y fortalece las reservas internacionales, sino que también:
Diversifica la canasta exportadora (el sector energético representa hoy más del 14 % de las ventas externas).
– Fortalece la competitividad regional, con inversiones en infraestructura y regalías provinciales.
– Genera capacidad de negociación internacional para acuerdos bilaterales y regionales.
Este cambio estructural permite proyectar un perfil más equilibrado en el comercio exterior argentino.

Aunque la tendencia es positiva, persisten desafíos estratégicos:
Dependencia de los hidrocarburos frente a la transición energética global.
– Necesidad de más infraestructura logística para sostener el crecimiento exportador.
– Estabilidad macroeconómica y regulatoria para garantizar inversiones de largo plazo.
– Integración de energías renovables y tecnologías limpias.

Perspectivas hacia 2030

Argentina podría alcanzar un superávit energético de USD 20.000 a 25.000 millones anuales hacia 2030.

Esto posicionaría al país como exportador estructural de energía en América Latina.
El desafío será convertir este impulso coyuntural en una ventaja competitiva sostenible y estratégica.

Lisandro Mogliati
Consultora – Comercio Exterior & Negocios Internacionales

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