¿Inversiones Chinas a cambio del voto argentino en la OMC?
Columna de opinión sobre negociaciones con China y sus implicancias.
¿INVERSIONES CHINAS A CAMBIO DEL VOTO ARGENTINO EN LA OMC? Riesgo latente para la industria nacional
La necesidad de inversión extranjera directa (IED) en nuestro país no es novedad y ha sido uno de los pilares en la plataforma de gobierno de Mauricio Macri, en relación a su proclamada “reinserción” de la Argentina como destino posible del flujo de inversiones internacionales que se demoran en llegar.
Pero toda inversión persigue un rédito, un lógico lucro, nada es gratuito y conlleva riesgos cuando se negocia en función de las externalidades negativas o de las exigencias que ponen los inversores antes de desembarcar en un mercado.
Este es el caso de China, que ha retomado promesas de cuantiosas inversiones en nuestro país y negocia una carta muy importante a nivel multilateral, en el juego que viene sosteniendo en la OMC (Organización Mundial del Comercio) para ser reconocido como “economía de mercado”.
Este reconocimiento implica, entre otras cosas, que ante una situación de práctica desleal en el comercio internacional por parte de China (estamos hablando de exportaciones en dumping, aplicando subsidios estatales a los exportadores chinos, etc.), el país que reconozca a China como “economía de mercado”, deja de disponer de ciertas herramientas de protección, ante una importación desmesurada y carente de todo tipo de lógica en cuanto a precios por ejemplo.
Esta situación, en un contexto complejo como el actual, no sólo por la recesión que se evidencia en el mercado interno y la fragilidad de la industria nacional ante la caída de la demanda y la apertura comercial, sino también a nivel global, con un comercio internacional en crisis y bajo una guerra económica que no cesa, dar el status a China de “economía de mercado” a cambio de inversiones potenciales, podría representar un duro golpe a la industria nacional e indirectamente al empleo argentino.
China no puede considerarse aún una “economía de mercado” porque permanentemente aplica severas distorsiones en diversos sectores de su producción e industria que modifican artificialmente los precios de sus manufacturas y compiten deslealmente en el comercio internacional.
Ni la Unión Europea, ni EE.UU como así tampoco otros varios países reconocen, ni están cerca de reconocerle a China ese estatus, ya que se perderían la posibilidad de usar herramientas contingentes para ponerle freno a ciertas importaciones, teniendo en cuenta que, más de un tercio de todos los reclamos y procesos por prácticas desleales en el comercio internacional, tienen que ver con manufacturas originarias de China.