2022: ¿AÑO RÉCORD PARA NUESTRAS EXPORTACIONES? Oportunidades y Amenazas para el Comercio Exterior argentino
Por Lisandro MOGLIATI – Licenciado en Gestión de Negocios Internacionales (UNR)
Aunque suene algo extraño, una vez que podamos contar con las estadísticas oficiales que contemplen el mes de diciembre de 2022, las exportaciones de la Argentina habrán sido récord, alcanzando los 105.000 millones de dólares para el último período interanual.
Hasta tanto sea publicada esa cifra oficialmente, podemos analizar la tendencia y performance del comercio exterior argentino hasta el mes de noviembre de 2022, que no es poco y nos brinda un panorama interesante de lo acontecido durante los primeros once meses de este año.
En ese sentido, observamos exportaciones totales por unos 82.300 millones de dólares e importaciones que alcanzan los 76.500 millones de la misma moneda, cerrando estadísticas a noviembre, tal como señalamos antes.
Estos números que arroja el INDEC, permiten sostener aún el ímpetu del superávit de la balanza comercial argentina, cercano a los 5.800 millones en divisas, por ende, hasta aquí, la Argentina logra ingresar más dólares (vía exportaciones) que los que salen por importaciones.
Un buen dato para la macroeconomía, aunque es un registro que debemos seguir muy de cerca, debido a lo que explicamos seguidamente.
Cuando se analizan las exportaciones totales en nuestro país, observamos que el crecimiento interanual (cotejado con el mismo período de 2021), que es de un 15,3 %, se explica por el incremento de los precios de los productos que mayoritariamente Argentina exporta, ya que si juzgáramos sólo por el volumen de las exportaciones (cantidades), se advierte una baja del 1,4 %, mientras que por valores (precios internacionales), el incremento es del 17 %.
Estos últimos datos es importante tenerlos en cuenta, porque, una baja de los precios de los productos característicos de la oferta exportable argentina, podría comprometer en el corto y mediano plazo el superávit comercial de nuestra balanza del comercio exterior e implicaría menos dólares por la vía de las exportaciones.
En cuanto a las importaciones, el incremento interanual fue del 34,3 %, mucho más relevante que el recorrido alcista de las exportaciones.
Este incremento se mantuvo aún en un contexto de escases de divisas que se advierte y la aplicación del SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina) que resulta restrictivo para el ingreso de insumos y manufacturas extranjeras, aun así, la tendencia de las compras externas es al alza, traccionando cada vez más el egreso de divisas para el pago de importaciones.
- “Dólar soja” y su impacto en las Exportaciones:
Algunos aspectos a tener muy en cuenta acerca del volumen de exportaciones, han sido, entre otros, el valor diferencial temporario de las exportaciones de soja, el denominado “dólar soja” (justamente esa cadena de valor del poroto, aceites, harinas y otros subproductos de la oleaginosa son grandes aportantes de divisas derivado de exportaciones).
A raíz de la implementación de este “dólar soja, el gobierno incentivó la liquidación de divisas a partir de un valor del dólar por encima de la cotización oficial (recordemos que un exportador que liquida divisas de exportación hoy 11 de enero estará haciéndolo a una cotización de 180 pesos por dólar y el “dólar soja”, permitió liquidar en 200 y 230 pesos por cada dólar exportado en sus dos aperturas en setiembre y diciembre últimos).
El “dólar soja” dio un impulso extra a la liquidación de “carry over” de producción que esperaba un mejor valor de venta, y esta medida, permitió que en poco tiempo se exportara más soja que la hubiera sido liquidada a valores normales.
Esta medida termina fortaleciendo no solo las arcas del Banco Central, sino que da más entereza a la balanza comercial.
- El Sector Agroindustrial en la Balanza Comercial:
Es importante aquí destacar la importancia que tiene el sector agroindustrial en la balanza comercial argentina, teniendo en cuenta que, más del 45 % de lo que exporta nuestro país está impulsado por las ventas externas de la cadena de la soja, el maíz y el trigo, marcado así una fuerte dependencia de estos comodities agrícolas.
Atento a ello, una realidad climática como la que atravesamos, de sequía extendida, pone un límite cuantitativo a la exportación de estos cultivos y su consecuente impacto en la balanza comercial en cuanto a un menor ingreso de divisas, luz amarilla aquí para las previsiones del año en curso (2023).
- ¿Cómo evolucionan las importaciones y la salida de divisas?
También es importante analizar como seguirán las importaciones, que señalamos vienen en franco ascenso, a pesar del denominado “cepo” que aplica el gobierno nacional en la autorización de las compras externas afín de proteger las divisas.
El rubro que más dólares demanda en cuanto a la salida de divisas para el pago de importaciones es el ítem “Combustibles y Lubricantes”, donde el gas natural, el gasoil, entre otros, absorbieron más de 7.300 millones de dólares hasta noviembre último, mostrando un incremento del 142 %, sin dudas estos ítems suponen una de las sangrías más importantes para las divisas.
- “Vaca Muerta”, Gasoducto y Litio: La gran oportunidad para la Argentina:
Veíamos antes la demanda de dólares que el sector energético tracciona y como complejiza el panorama de las divisas, pero como fuente inagotable de recursos, Argentina parece siempre toparse con enormes oportunidades para darle sustento a su economía.
Para esto último, aparece, tal vez con un horizonte de concreción más en el mediano plazo, una luz al final del túnel oscuro que ofrece el contexto del comercio exterior con sabor a déficit comercial inminente.
Nos referimos a “Vaca Muerta” y la construcción del gasoducto “Néstor Kirchner”, inversiones que podrían transformar la balanza energética hoy deficitaria y demandante de dólares, no sólo en autoabastecimiento energético, sino en un flujo exportador, principalmente de gas natural a Brasil, una oportunidad clave para el futuro de nuestro país.
También aparece en el horizonte, otra oportunidad sustancial en sentido estratégico y de captación de divisas, la producción y exportación de litio, teniendo en cuenta que este mineral se está convirtiendo en un producto imprescindible para la matriz energética innovadora, en este campo, Argentina, Chile y Bolivia, comparten la mayoría de las reservas mundiales para abastecer globalmente.
Estas dos últimas cuestiones, vinculadas a la producción y/o explotación de combustibles (gas) y minerales (litio), como señalamos, podrían torcer una tendencia de corto plazo de escases de divisas y por ende, de posible déficit comercial, si sigue la tendencia que se advierte en 2022, a pesar que los valores indiquen un número final superavitario.
En definitiva, el comercio exterior argentino atraviesa incertidumbre y turbulencias para el corto plazo, proyectado, digamos a un año, pero el escenario de mediano y largo plazo, podría estar marcando un antes y un después para la consolidación del sector externo, siempre hablando de los números que marcan la diferencia entre el ingreso y el egreso de divisas, a partir de las transacciones comerciales externas.